Con el corazón lleno de esperanza y el espíritu de unidad, estudiantes y la comunidad universitaria se unieron en la campaña "Los niños son la esperanza del mundo", logrando algo extraordinario: la colecta y entrega de más de 7,000 pelotas a niños y niñas de diversas comunidades.
La entrega, realizada en localidades como Hueytamalco, Coyopol, Altotonga, Xoloco, CAM Pedro Solana, El internado indígena, Tepepan, Chignautla, San Sebastián, Mexcal, Yaonáhuac, Hueyapan, Jalacingo, Ahuacatlán, Tehujaco, Tlatlauquitepec y Atempan, se convirtió en un momento inolvidable. Cada pelota entregada no solo representó un juguete, sino una chispa de alegría y la promesa de un futuro lleno de juego, aprendizaje y sueños por alcanzar.
"Ver la emoción en sus rostros, escuchar sus risas y sentir su agradecimiento nos recuerda por qué lo hacemos. Cada pelota simboliza la esperanza de un mañana mejor para estos niños, que son el motor y el futuro de nuestras comunidades", expresó uno de los organizadores visiblemente emocionado.
La colecta fue posible gracias al esfuerzo colectivo de estudiantes, docentes y personal universitario, quienes se volcaron con entusiasmo para hacer de esta campaña un éxito. Unidos por una causa común, demostraron que cuando una comunidad se compromete, no hay meta imposible.
En cada localidad visitada, los niños recibieron las pelotas con ojos brillantes y sonrisas que contagiaban. Para ellos, no era solo un regalo, sino la oportunidad de soñar, jugar y creer en la bondad de quienes los rodean.
"Los niños son la esperanza del mundo" es más que una campaña; es un recordatorio de que con pequeñas acciones podemos generar grandes cambios. Gracias al apoyo de todos, hoy miles de niños tienen un motivo más para sonreír, jugar y crecer con esperanza.
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